Un niño con TDHA necesita de programas globales (infante-familia-escuela) focalizados en aquellos aspectos cognitivos, conductuales y emocionales que dificultan su interacción con las exigencias del ambiente en donde se desenvuelve. La escuela muchas veces carece de medios humanos y materiales para abarcar dichos programas, al igual que ocurre con la mayor parte de academias de refuerzo extraescolar. El rendimiento escolar es tan solo una parte visible de la expresión frustrada de los infantes con TDHA y si únicamente indagamos en el apartado académico, es muy posible que obtengamos pobres resultados ya que la génesis de la sintomatología que configura el trastorno se alimenta de múltiples aspectos complejos e interrelacionados entre si.

He aquí algunos objetivos generales básicos que siempre tratamos de ajustar a las necesidades del infante en nuestros programas:

1) Establecer una buena alianza terapéutica con el niño, padres y centro educativo de referencia.
2) Promoción de conductas más funcionales/ Mejora de conductas disruptivas e impulsivas/Adquisición de hábitos-rutinas y pautas de comportamiento, conducta y valores sociales aceptados.
3) Fomento del autocontrol. Reconocimiento y manejo-regulación de las propias emociones.
4) Fomento de la autoestima.
5) Fomento de la autonomía y de las habilidades sociales.